Lilypie Angel and Memorial tickers

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martes, 19 de marzo de 2013

8 meses, un suspiro del alma


Hola, mi niña:


Ya hace ocho meses que te marchaste,  8 meses que nuestra ilusión se fue contigo. Pero el recuerdo permanece y deja que el dolor poco a poco filtre el dolor y retenga cariño que nos brindaste. Por eso,  aunque sigo emocionándome al recordarte, aunque una pequeña parte de mi subconsciente nunca dejará de desear que el final hubiera sido diferente, el paso del tiempo me permite valorar cada uno de los momentos que pudimos compartir.

Y la llegada de tu hermanito me ha ayudado a ser capaz de rememorar tantas de esas primeras veces sin rencor, de revivir esa ilusión, pero a la vez demostrando que cada hijo es diferente y que se puede querer a cada uno sin restar al otro. Porque aunque me emociono cuando le veo en la pantalla, también recuerdo la emoción de verte a tí y cuando siento sus pataditas, recuerdo las primeras veces que sentí las tuyas, todavía tan inexperta que ni siquiera estaba segura, y lo movida que fuiste durante todo el embarazo.



No es que no me ponga triste a veces, sobretodo aquellas en las que no puedo evitar verte reflejada en alguna niña de tu edad, pensar en lo que sería tenerte en brazos, intentar dormirte, hacerte reír. Pero sé que en realidad no eres tú, que mi Aroa siempre será esa niña especial que tuvo que marchar antes de tiempo, pero que desde algún lugar, aunque sea únicamente en mi corazón, se siente querida, recordada y feliz. Y siempre llevo algo que me recuerde a tí, muchas veces un guiño sólo entre las dos, a veces ayudados por las ideas de tu querida abuela.



Porque todos querremos siempre, mi niña:

Te quiere, tu mamá