Lilypie Angel and Memorial tickers

Lilypie Angel and Memorial tickers

martes, 25 de diciembre de 2012

Adios al 2012



Hola, mi cielo:

Este es mi último post de este año tan especial, que para tus papás siempre será el año de Aroa. Porque ha sido un año duro, pero también ha sido increíble, lleno de momentos  únicos. Contigo comenzó esta pequeña familia, que crecerá pero de la que siempre seguirás formando parte. Serás nuestra princesa del cielo, la que velará por sus pequeños hermanos, la que vigilará sus sueños.

Son incontables los recuerdos de ese primer embarazo, ingenuo y dulce, primerizo y deseado. Te disfrutamos poco tiempo, pero quizás por eso es aún más especial, hemos aprendido a darle valor a cada momento. La ciudad está llena de señales, que a pesar del paso del tiempo nos continúan acercando a estos meses que compartimos, que nos permiten revivir todo el cariño que nos regalabas cada día, de la ilusión de sentirte moverte, crecer, de verte por primera vez, la niña más guapa del mundo. Y cuando tuviste que marcharte, el amor permaneció.  

Ahora el tiempo de las culpas ya pasó, y aunque la rabia y la impotencia siempre acechan, el equilibrio poco a poco vuelve a esta vida sin ti; pero esta precaria armonía incluye el echarte de menos cada día. Esta añoranza,  que cada vez se aleja más de la agonía de haberte perdido y del irracional deseo de que nunca nos hubieras dejado, es como una manta suave en la que me envuelvo cuando siento el vacío que dejaste al marcharte. Y bajo ella te sigo recordando, con recortes o palabras escritas, entrelazando este amor indeleble con el día a día.

Por eso, mi deseo de nuevo año va para esta pequeña familia, para que ame tanto a los que vengan como a los que se fueron.

Te quiere siempre,

Tu mamá

martes, 18 de diciembre de 2012

Palabras al vuelo

Que mis palabras lleguen allí donde estés
Hola, mi vida:

Aunque a veces pase algún tiempo sin escribirte en el blog, días o incluso semanas en los que tu ausencia me abruma, en los que no soy capaz de separar tu recuerdo del lacerante anhelo de tenerte junto a mí, sabes que tu memoria acompaña cada momento del día. Los sentimientos se difuminan con el tiempo pero las palabras permanecen y es mi deseo,  como sé que sería el tuyo, que esos recuerdos sean más un reflejo de los increíbles momentos que me regalaste, de esa nueva persona en la que me he convertido al ser tu mamá, que de la tristeza que a veces me invade en este año de ¨las primeras veces¨.

Ya queda poco para navidad y las calles llenas de luces, repletas de familias ilusionadas, me recuerdan duramente aquello que nunca más podremos disfrutar juntas. No somos sólo tus papás los que te añoramos: tus tías, tus abuelos, tus tios abuelos,...toda la familia te recuerda con pena y cariño pese a apenas haberte conocido. Porque dicen que no es tan importante el tiempo que una persona comparte tu vida, sino la señal que deja en ella. Y a pesar del escaso tiempo que compartimos, Aroa, fuiste, eres y serás siempre parte de esta familia. 

Espero que estos aniversarios que vienen no me hagan olvidar todas esas otras primeras veces que vivimos este año que ya se acaba, pues en este año perdimos una hija, pero también la disfrutamos, la vimos crecer, la acariciamos, le cantamos, la imaginamos hermosa y feliz, la parimos y le abrazamos al partir. Y esas primeras veces no se volverán a repetir.  Deseo de todo corazón ser capaz de sentir toda esa ilusión con tus futuros hermanos, pero nunca serán nuestra primera hija, no será esa primeriza inocencia y asombro.

Por todo ello, mi niña, diré adiós sin rencor al año viejo, mientras te guardo un pequeño lugar a mi lado para todas las navidades futuras.

 Te quiere siempre,

Tu mamá

martes, 11 de diciembre de 2012

La cuna vacia



Hola, mi cielo:


Aunque siempre te llevo conmigo, muchas veces necesito sentir algo físico que me recuerde a ti,  tal vez porque realmente tengo muy poco. Por eso la casa se llena poco a poco de búhos, sin que logre explicar el origen del fetiche,ni el porqué mis ojos se nublan y mi estomago se encoge cuando devuelvo la mirada a esos pequeños pájaros de ojos grandes y penetrantes.  Curiosamente este año todo se viste de esos pequeños animales, que se empeñan en aparecer en los rincones del escaparate, en los papeles de regalo, en abrigados pijamas; a veces pienso que es un reflejo de como formas parte de mi pensamiento, sin desaparecer por completo, siempre asomando por un rinconcito.  Quizás simplemente me gusta imaginarte con grandes ojos de mirada despierta, interesados por todo, siempre con ganas de jugar.

Otras veces simplemente necesito el contacto físico con algo que me vincule a ti. Es difícil expresar lo que sentí cuando me mandaron el circulo grabado; era consciente del miedo que tenía a no ser capaz de mantener tu recuerdo, pues sólo podía recordar tu carita rememorando los rasgos por separado, a pesar de que habían pasado tan pocas semanas, pero no del alivio que me daría comprobar como más de tres décadas después otra persona era capaz de recordar tan bien lo que se sentía y mantener el amor intacto hacia ese bebé que también se fue. Por eso no hago distinciones con tu relicario, que por razones obvias es tan preciado, y procuro que siempre me acompañe uno de los dos en el a veces duro día a día.
 


Quizás esto no lo comprenda alguien que no haya vivido una pérdida así, bien sea de un hijo, un nieto o un amigo que se marchó antes de lo esperado, llevándose distinta cantidad de recuerdos, pero el mismo amor incondicional. A veces intentamos racionalizar las emociones, sin darnos cuenta de que razón y sentimientos son dos entidades diferentes, aunque pueden trabajar juntas y se complementan si aprendemos cómo lograrlo. ¨La cuna vacía¨ es un libro en el que psicología, sociología, ciencia y emociones van de la mano para ayudar a comprender qué significa perder a ese bebé tan amado que todavía es ¨un niño o niña de agua¨. En las páginas de este libro, que funde todos esos aspectos obtenidos desde distintos prismas, he encontrado a veces consuelo y otras comprensión al ver reflejados mis sentimientos en experiencias similares, pero también razonables consejos para superar sin olvidar y lograr que tu recuerdo, con su luz y oscuridad, me acompañe de ahora en adelante. Cómo dice en una de sus frases:

¨La muerte termina con la vida de aquellos a quienes amamos, pero no le pone un punto final a nuestro amor por ellos (...). Mantenemos intacta nuestra capacidad de amar y de sentir el amor de aquellos que han muerto. Cuando nos damos cuenta de estas cosas, podemos empezar a dejar ir lo que hemos perdido ( su presencia) y empezar a atesorar lo que aún tenemos de ellos ¨. 
THOMAS ATTIG

Así que como ves, mi niña, de una manera u otra, con o sin ayuda, rodeada de búhos, colgantes y sobre todo junto a tu padre, te querré siempre:

Tu mamá